sábado, 30 de agosto de 2008

Luis Pacho *



Dejo mi silencio adormecido a la vera de esta orilla
donde soy la misma piedra soleada
en tus palabras
Luis Pacho


Escribe: Walter L. Bedregal Paz


Luis Edgar Pacho Poma
(Laraqueri, Puno, 1969)


Es profesor de Educación Primaria y Abogado egresado de la UNA de Puno. Con su humildad y excesos, la poesía de Luis Edgar Pacho Poma, es un desafío a la contemporaneización, acusa una rebeldía cromática inusitada.

Hoy que la poesía puneña está adquiriendo vestigios de formas, Pacho, recupera la energía inicial de un pueblo que está a las faldas de una de las riquezas turísticas que tiene nuestro país, el Titicaca, volviendo a ubicarse dentro de los valores de una actividad poética que requiere de presencias como la de él. Con esta lucubración en torno a la materia, donde los aciertos convierten la nostalgia en innovación y en lo que debe ser poesía.

Porque no tienen que ser, a veces nuestros propios coterráneos (paisanos) y a veces la malvada crítica centralista (de nuestro entorno) los que desmeriten las bondades del talento literario puneño, en una palabra es acertado aquello qué: nadie es profeta en su tierra, pero a Luis Pacho, eso no lo amilana, al contrario, lo vuelve más preocupado con lo que él desea mostrarnos: poesía; una poesía nacida desde su propio lar, sus propios aires, que confundidos con la nieve de invierno formarían lo que él siempre sueña: poesía para el mundo y así llegar a saber que Puno tiene mucho que expresar; en cada uno de sus versos apreciamos ese cariño a la tierra que lo vio nacer, no sólo como hombre sino como poeta.

Obtuvo el Primer Premio en los VI Juegos Florales de la UNA de Puno en el 2001, así como una mención honrosa en los VII Juegos Florales de la UNA de Puno en el rubro de Cuento. Textos suyos han sido publicados en el semanario El Búho de Arequipa, en revistas de literatura como Olandina, Arteidea de Lima, Revista peruana de Literatura, Lhymen, entre otras. Renovó los criterios estéticos no sólo en poesía sino también en narrativa en la época de los noventa en el altiplano peruano. Pacho desarrolla una actividad que irrumpió en la literatura puneña, Dirigie, y edita la revista de literatura, arte y cultura Pez de Oro, con su difusión cultural abrió una nueva era; ante todo, impuso una revaloración de la obra cumbre de Gamaliel Churata El Pez de Oro.

Geografía de la distancia Arteidea Editores (Lima, 2004), es su primer libro de poesías publicado. La poesía de Pacho es multiforme, vivencial y heterogénea, roza con los más variados quehaceres del hombre de hoy y su circunstancia, para decirlo en tono existencialista, en hechos y personajes históricos y en ajetreos psicológicos, desde el ángulo conceptual; Vladimiro Centeno (2004) en una apreciación crítica que publica, señala: “…el título de la obra posee, según el mismo autor, varias posibles significaciones: el espacio de la práctica poética, la distancia del individuo respecto a la realidad y el espacio de la soledad interior. Esta referencia coincide con la lectura que efectuamos. El libro está dividido en cuatro partes: “Atisbo de lejanía”, “Cuadro posterior”, “Confesión menor” y “Ahocinario”. Cada parte corresponde a un propósito estético claramente precisado: la autorreflexión del sujeto poético, la confrontación del destino individual con el colectivo…”. (“Pez de Oro”, Nº 8, Septiembre/octubre).

El poeta Boris Espezúa Salmón, en la contratapa del libro señala con valor crítico que: “…la poesía de Geografía de la Distancia es cosmos y tiempo original, no es algo que está fuera de nosotros, sino que somos nosotros expresándonos”.

Y Christian Reynoso (2005), expresa del libro de Pacho: “… el libro consta de cuatro partes que Pacho ha titulado: “Atisbo de lejanía”, “Cuadro posterior”, “Confesión menor” y “Ahocinario”. Entre ellas, sus poemas se circunscriben dentro de una visión personal, histórica y de añoranza; además salpicados con matices propios de nuestra geografía (cultura) andina o si se quiere más específica, puneña. No sabemos si cada parte del libro fue escrita en tiempos diferentes y por tanto, con visiones, sentimientos y percepciones literarias distintas”. (APUMARKA, Nº 8, diciembre).


Geografía de la distancia

…Y un lago

que se detenía en nuestras pupilas hasta

lagrimear de inmensidad.

Boris Espezúa


I

Mis pies perseguían los caminos. Mis pies recorrían las orillas de un lago lapislázuli que no tenía nada que envidiar a los ocasos del mar ni a los arrecifes esparcidos de ausencias. Nada distante de redes carcomidas de sal o sol, nada parecido al romance inventado en sus acantilados o al naufragio de los peces en la pavorosa mezcla de persecución y bultos de cifras contaminadas.


II

Las lluvias copiaban el cielo. Yo me copiaba en la lluvia también. La lluvia era una gota que giraba mil veces para hacer una fiesta después de los crepúsculos. Sólo entonces los sueños volvían como pillcos solitarios, aquellas aves acosadas por el viento y el olvido, de quienes se dice traían noticias inéditas cuando en estos lugares no se conocían palomas ni nubes que se consuelen del alma.


III

Yo esculpía los vientos manchados de lejanía. Luego de subvertir el antiguo final con que se hunde la distancia, debíamos volver sin la sonrisa trémula de la lluvia, sin el color del mar ni la resolana que aviste el día en puertos lejanos. No obstante, un camino que en cierta manera traza un horizonte preñado de palabras, se extendía entre los riscos soleados para decrecer entre las noches anegadas de arriba hacía abajo.


IV

A veces escribía garabatos que no entendía. Sin embargo, la brisa que olía a totora, poblaba las islas con el apuro de la garúa sobre las piedras y traía coleópteros alborozados para esconder en su noche la soledad y un cielo líquido. (Yo, todavía vivo bajo un paraguas hecho de una alborada ignota, que no sé si escribirla u ocultarla, o amontonarla entre apacibles geranios).


V

Y avistamos otra forma de navegar sin fronteras. Sólo entonces podíamos sumergir nuestros rostros dispersos y asediar la ventura de las comarcas humedecidas por el crepúsculo. Desde entonces yo también ofrezco a los dioses los frutos de mi red persiguiendo a los vientos, como he ofrecido al alba la fatiga de los acantilados deicidas




Cuerpo presente


A mamá María, en la distancia.



1.

Amanecía y su rueca hilaba nubes.

Ella escogía los últimos granos y nosotros

dormíamos en una alfombra de lluvia.

El silencio como su voz era tierra de todos.

Un día - cuando la noche huía de mis ojos –

deletreé su nombre atardecido.



2.

El pico del halcón que trajimos

servía para atravesar la tinta de los crepúsculos.

Mirábamos a los pájaros extraviados

que solían anidar en los muros alejados

de la noche.

No importaba.

El cielo caía en sus espaldas

pero ella tenía el tiempo para acunar

en sus manos la sonrisa de la luna.



Final


Un poema

o

una mariposa

es lo mismo

en la pared de una rosa:

nos enseñan

a desatar

telarañas

en la piel de las rocas



______________________________

(**) Parte de este texto está inmerso en el libro Aquí no falta nadie, antología de poesía puneña de Walter L. Bedregal Paz. Grupo Editorial "Hijos de la lluvia" & LagOculto Editores. 2008.

viernes, 29 de agosto de 2008

Darwin Bedoya *


Escribo porque huyo,
y al emprender ese fabulosos retiro

hallo en mí lo que no tengo conmigo.

Darwin Bedoya




Escribe: Walter L. Bedregal Paz



Darwin Eduardo Bedoya Bautista


(Moquegua, 1974)



Docente de Lengua y Literatura. En el año de 1995 escribe su primer poemario, uno de los poemas le da el rótulo de Momentos eternos. En 1995 culmina su relato inicial El encantado. En 1996 inicia su segundo relato Violencia de un ocaso. En 1997 concluye un trabajo formal de poesía titulado El llanto de las flores, su segundo poemario. Termina también el relato, ese mismo año, Los días de Bonny y aparece al par el relato intitulado Por ese camino, quizá el mejor de sus trabajos narrativos, aplaudido en el Taller de Literatura CONTACTO VOZ del cual es integrante. Aquí aparece también su tercer poemario denominado Encuentro del tiempo.

Parte de la producción de Bedoya se mantiene inédita, pues sólo está culminada en cierto modo, pero que para el rigor de su autor aún están por culminar, a pesar que publicó: Jardines del silencio (2004). Desde 1998 inicia el poemario Escrito en trance y concluye un conjunto de poemas bajo el título de Yarume primera eda del silencio, que publica el año 2006, forjado y saludado en el taller literario CONTACTO VOZ. Además , artículos y ensayos en diferentes revistas y diarios nacionales y regionales.
Darwin Bedoya ha publicado poemas y cuentos en conocidas revistas de literatura del sur peruano. En su breve trayectoria cuenta con haber logrado algunos méritos como el reconocimiento en el Concurso Nacional de Poesía Premio: Pucara 1997 – Huancayo, con Primera Mención Honrosa, organizado por la revista de literatura CASCADAS y la Municipalidad de Pucara- Junín; en el Concurso Nacional de Poesía Alberto Hidalgo 1998- Arequipa, obtiene el Primer Premio Nacional de Poesía, organizado por el semanario EL CLARÍN; Primer lugar en el Concurso departamental de Poesía (Premio “Simón Fidel Quispe”), organizado por la CUBUP – Puno; finalista en el VII Certamen Internacional de Poesía Ciudad de Torrevieja convocado por el Instituto Municipal de Cultura Joaquín Chapaprieta de Torrevieja 2002, Alicante – España; Primer y Segundo Premio en los I Juegos Florales JULIACA ETERNA organizado por la UGEL San Román, Juliaca 2004, en el área de cuento; al año siguiente, el 2005, obtiene también el Primer Premio de cuento, en los II Juegos Florales JULIACA ETERNA, organizado por la misma institución. Tercer Premio en el Concurso Nacional de Cuento Electro Puno S.A.A. 2006. Integra la ANEA- San Román y la CASA NACIONAL DEL POETA – Juliaca.
Coeditor de la revista de literatura, arte y cultura Pez de oro. Editor del CUADERNO BIMESTRAL DE POESÍA Lágrimas de cocodrilo. Director del TALLER DE CREACIÓN LITERARIA La tribu de los espantapájaros. Director de la revista de poesía GARABATOS DEL AGUAFIESTA, Miembro del Consejo Editorial del Sello LAGOCULTO EDITORES.
También quedaron frases evangelizadoras de un poeta moqueguano, fallecido J. Roberto Begazo Mayca, predestinadas a modificar el pensamiento y carácter de la literatura puneña contemporánea, aparece el poeta que está en contacto directo y amplio con la poesía nueva, la apreciación de J. Roberto Begazo Mayca, rescatada del silencio es esta:
Una apreciación literaria a la producción poética de Darwin Bedoya: “…con beneplácito y gran estoicismo, tomo la pluma para enervar mis ideas y atisbar con sumo cuidado, algunas pautas sobre la ¨Fertilidad literaria¨ de Darwin Eduardo Bedoya Bautista, que vivifica el nombre de quien ayer fuese bisoño y hasta errátil; pero… que hoy, se convierte en el arquetipo de la literatura peruana. Confieso, en honor a las letras, a los literatos y a la poesía “ mi fiel compañera”; por supuesto, sin caer en la fatuidad; fui quien endilgó los primeros versos en Darwin Eduardo, vate, narrador y en sí polígrafo. Al leer detenidamente su vastísima producción literaria, encuentro una poesía pura y sin remedo; versos que llegan a la médula y que trasuntan el alma; que hacen del verso, no sólo un suspiro sino una llama incandescente; un estilo peculiar, patético y apasionado; abunda en giros expresivos, muy precisos y armoniosos; fluidez en el lenguaje y léxico exuberante. En su poesía primigenia, emplea la métrica regular, impera la metáfora y la rima consonantada; paulatinamente se va desprendiendo del formulismo, para incidir en el versolibrismo.
Yo que soy amante del quehacer literario, auguro en Darwin Eduardo, un futuro promisorio, ya que es progenie de un pueblo espléndido; cuna del Amauta, de Honorio, de Mercedes Cabello de Carbonera y otros; que su literatura sea cada vez más verosímil y de vanguardia.(**)

Actualmente se desempeña como docente de literatura.


POEMA URGENTE (***)

Ventana de ojos abiertos
cierra ya tu luz
mis huellas huyeron por ti.
ahora en el ángulo de tu habitación
conserva el obsequio sin fondo
conserva mi ausencia.
cortinas de llamarada azul
que tengo enganchadas en la mirada
puerta de brazos extendidos
y luces de fulgor encendido
aguardan su calor para mí.
Llegaré.
hoy persigo el eco del tiempo
el latido de un mañana
y la fuerza de un pensamiento.
Persigo
un sentir con agallas
una razón sin agonía perpetua
un ideal
que traspase el ámbito del silencio.
Quiero romper las fronteras de lo poco
busco beber el camino que soñé
¡Ahora!
Antes de volver a mí mismo.

QUIELA

Hay alguien detrás de la puerta
sentado en el lugar donde palidecen las horas
empieza a contar en sus dedos
todo lo que va mirando a su alrededor:
dos tazas tibias de café a medio tomar
tres colillas de cigarrillos sobre el tapiz
y en el rincón de rostros olvidados
un suspiro reflejándose en el espejo
después
el mismo alguien cierra los ojos
saca un libro entre sus mangas
y comienza a leer el juego de la eternidad
a medianoche cuando concluye su lectura
el sueño le desata un camino a sus pies
ha caminado tantas veces la misma ruta
dejando páginas en blanco
a un costado del jardín
y ahora regresa descalzo desde su propio recuerdo
al despertar comprende la luz de la ventana
y la cortina hecha jirones en el suelo
mira la mesa completamente vacía
y por fin palpa sus manos
se da cuenta que no han quedado tristezas
ni siquiera una para remedio
cogiendo sus anteojos
piensa que anduvo en el jardín
porque ahora termina de mirarse
en el mismo espejo. se reconoce internamente
como cada mañana. arranca una página del libro
y deja sus ojos en otro lugar.
sus manos rozan el sueño
y entonces percibe los pasos que jamás logró confundir
alguien viene a grandes pasos
como si lo llamaran con campanas
se apea del silencio
y descubre un rostro igualito a la duda

Las horas eternas en la banca del parque





el jorobado en el parque solitario soñador
apuntalado entre los árboles y el agua
desde que el candado del jardín se abre.
Dylan Thomas


una iluminación
y varias canciones se pierden en su memoria
de habitaciones inconclusas con charcos de agua
en donde se refleja su propia imagen:
busca en la esquina de la plaza un quiosco
y allí compra el periódico del día

se sienta en una banca del parque
mientras lee y espera
la llegada de una sombra de abril
que nunca se confunde con la gente que viene y va
porque nunca supo llegar

y termina de leer de palmo a palmo su periódico
termina el crucigrama
y no termina las horas eternas en la banca del parque
y llega nadie
sólo una colección de imágenes borrosas
le hablan para que siga ahí
y no apague sus ojos
ni seque los charcos de agua
donde todavía se le puede ver
sin canciones
en una banca del parque






____________________________
(*) Parte de este texto está inmerso en el libro Aquí no falta nadie, antología de poesía puneña de Walter L. Bedregal Paz. Grupo Editorial "Hijos de la lluvia" & LagOculto Editores. 2008.
(**) Roberto Begazo Mayca,(+) dejó estas apreciaciones, pensando que toda obra literaria por buena y tal vez acabada, carecerá siempre de sombras.
(***). (1998). Primer Lugar el I Concurso Departamental de Poesía “Simón Fidel Quispe”. Organizado por la CUBUP – P. Puno.

jueves, 28 de agosto de 2008

Coloquio Internacional de Poesía, Efraín Miranda, más allá de los márgenes y silenciamientos






Del 20 al 24 de octubre 2008.Puno - Arequipa - Lima


Convocatoria


La poesía de Efraín Miranda corresponde a un tejido central de la producción estética de los andes, en especial, del Perú. La ausencia de estudios ha llevado a consignar dicha producción poética como un icono raro y hasta extraño, sin que se ponga atención a su condición de enunciado otro, a su condición indígena o india, como prefiere llamar a su poesía el autor de Choza (1978). Esta poética está ubicada en los márgenes para distanciarla de lo hegemónico. Es objeto de procesos de silenciamiento e invisibilidad, pues actitudes interesadas buscan negar su existencia a costa de olvidos y cegueras voluntarias. Frente a este entramado excluyente, corresponde esbozar el balance y valoración de la poesía de Efraín Miranda como acto sublevante, paródico y antisistémico. Esta poética actúa desde la instancia de la cultura india (cosmovisión indígena) y activa una crítica a la cultura de occidente, como una potencia discursiva descolonizadora.La poesía de Miranda sintetiza la trayectoria de las poéticas andinas, exactamente, por ser una praxis poética que se ubica en un espacio signado por el conflictivo. Poesía que va de Muerte Cercana (1954), pasando por Choza y Vida (1980) hasta llegar a Padre Sol (1998) y dan cuenta de una intensidad poética y evidencia procesos de descolonización. Una poesía que convierte a la palabra en un pretexto para entrañar al lector, precisamente por la forma y la intensidad lírica, las mismas que asociamos a la mejor tradición poética del mundo, por ello es poesía andina y universal.


Objetivos:

1. Propiciar el estudio y balance de aquellas poéticas que han sido y siguen silenciadas.

2. Establecer líneas de diálogo entre las diversas prácticas poéticas latinoamericanas y aquella que corresponden a la tradición de occidente.

3. Propiciar el encuentro entre académicos, críticos y creadores en torno a la obra poética de Efraín Miranda.

4. Discutir la obra poética de Efraín Miranda como signo en la cartografía de la poesía peruana y andina.

5. Evidenciar las estrategias poéticas de tradición poética indígena y su diálogo con la tradición poética moderna.


Temario:

1. Poéticas modernas latinoamericanas.

2. Poética, cosmovisión y la palabra en obra de Efraín Miranda.

3. Efraín Miranda: poética india, poesía moderna.

4. Estrategias de las poéticas andinas.

6 La poesía indígena y oralidad andina

7 Sociedad, literatura e (neo)indigenismo

8. Silenciamientos y exclusiones en la crítica y poesía del siglo XX.


Comisión Académica:

Dr. Porfirio Mamani Macedo (Universidad Sorbonne Nouvelle-París III)

Dra. Yanna Hadatty (Universidad Nacional Autónoma de México)

Dra. Aymará de Llano Universidad Nacional de Mar de Plata)

Mg. Dorian Espezúa (UNMSM- Universidad Nacional Federico Villarreal)

Dr. Gonzalo Espino Relucé (Universidad Nacional Mayor de San Marcos)


Metodología:

El Coloquio asume la dinámica de conferencias magistrales y mesas redondas. Al mismo tiempo, está concebida como un evento descentralizado, por eso se realizará en la ciudades de Puno, Arequipa y Lima. Contempla así mismo el encuentro entre creadores y crítico, por lo que propicia la realización del Homenaje al poeta Efraín Miranda.


Las sesiones se realizaran por separado:
Puno: Lunes, 20 de octubre

Arequipa: Martes, 21 de octubre

Lima: Miércoles 22, jueves 23 y 24 viernes de octubre.


Ponencias:

1. Estas serán evaluadas del 8 de mayo al 30 de setiembre.

2. La sumilla o resumen de ponencia, no deben exceder las 10 líneas.

3. Debe indicarse la filiación institucional, evite las siglas.

4. Como texto, la ponencia no debe sobrepasar las 2500 palabras.

5. La lectura de ponencias tendrá un tiempo equivalente a 20' minutos por intervención.


La certificación tendrá los siguientes costos:

Participantes-ponentes: S/. 50

Participantes en general: S/. 30

Estudiantes de pregrado: S/. 20


Organizan:

Departamento y Escuela de Literatura. I.I.H., Facultad de Letras Ciencias Humanas

Vicerrectorado de Investigaciones, Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Arteidea editores

Pez de oro, revista de literatura y cultura

Andesbooks.


Comisión Organizadora:

Presidente: Gonzalo Espino Relucé.

Secretario Ejecutivo: Mauro Mamani Macedo.


Miembros:

Guissela Gonzales, Wíllar Díaz (UNSA), Dante Gonzalez, Jacobo Alva, Jair Pérez B., Arteidea, Pez de oro y Andesbook.


Certificación:

Facultad de Letras y Ciencias Humanas.
Informes y comunicaciones:
Instituto de Investigaciones Humanísticas. EAP Literatura.
Facultad de Letras y Ciencias HumanasCiudad UniversitariaTelf. 452-4641 Anexo 43

Correo: coloquioefrainmiranda@gmail.comguaca@unmsm.edu.pe


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Publicado por paul guillen

Eddy Sayritupa *

La ciudad es un ave con plumas de luz,

Hayuvé que el silencio concibió un sol rojo

un lago azul del tamaño del ojo de un Dios.

Eddy Sayritupa.





Escribe: Walter L. Bedregal Paz



Eddy Oliver Sayritupa Flores

(Huancané, 1974)





Abogado de profesión con estudios en la Facultad de Ciencias jurídicas de la UNA – Puno. Dos elementos pueden ser antagónicos, diré que: Sayritupa, es la que un poeta amante de las cuestiones filosóficas, poseedor de abundante don de la palabra, entonces, uno sería, el afán de precisión conceptual lo cual lo vuelve inelegante, iterativo, en las frases que metaforiza, muchas veces; la segunda, el flujo verbal desvirtúa las ideas o las engendra falsas.

Ha obtenido el Primer Puesto, (compartido) en los II Juegos Florales de la UNA – Puno, 1993; Primer Puesto del Concurso literario Nacional “Canto al Lago”, categoría estudiantes, organizado por el PELT, 1998. En el 2007, en el Concurso Regional de Cultura Organizado por el INC Cusco, logra una mención en el género de Poesía.

Como pensador, Sayritupa tiene una ventaja sobre la gran mayoría, de los que entre nosotros estudiamos, aquello de las cuestiones filosóficas, de un conocimiento del verso, inmerso de evoluciones del pensamiento nuestro. Sayritupa, leyó y conoce a los grandes maestros y afronta los problemas con criterio independiente, no por el hecho de que haya sido elegido junto a Simón Samuel Rodríguez los únicos de aquella generación de finales de siglo y ser antologados en una publicación de Omar Aramayo, lo hace diferente, extremo, no, al contrario, lo único que ahora lo inquieta es aquello que muchos poetas y críticos ven con preocupación, la mayoría de los poetas a la frontera del capitalismo centralista, están huérfanos de un medio donde puedan adoptar sus versos, todo, y siempre fue – espero que no sigan así – por la desidia de las autoridades y la falta de un programa ha realizar, de buen grado que se dedique a este oficio.

Por lo tanto y pese a haber sido finalista en el COPÉ INTERNACIONAL de Poesía 2007, es un pensador que con toda su gran fuerza espiritual (ama la verdad) ama mucho más el bien y estima la ciencia como una versatilidad que tiende a la acción.









VIAJE



Hemos viajado

por el sendero de tus palabras

en las barbillas blancas

de una paloma silvestre,

envueltas en una ola tibia

de tus labios.

Tras el perfume agreste

de tu sonrisa herida.

Hemos cruzado

ríos septentrionales.

Y océanos aromáticos.

y al llegar a tu corazón

reímos con las auroras

hasta descansar

en la melodía de tus movimientos,

hasta reposar

en un pétalo anaranjado

de tu alegría

hasta gastar a besos

la noche en un rocío





I



Aquí

Una hora rodó de tus articulaciones.

Parpadea el fuego su maternidad

El vaho de mi corazón tibio que os ofrezco, escarcha.

Los ojos helados, desvelan las llamas.

El cráneo descuadrado truena.

La ceremonia comienza

el Wilanchu inciencia el corazón subterráneo

el cráter pulmonar de Kapia

Suda el manantial de su antigüedad.

flota la superficie en los alvéolos de la luz

el amanecer es flor y carne

la mesa extendida al sol

Imploramos.





III



Yo vi sobrevolar a la lluvia

en forma de ave

fíjate,

llevas el mismo pico,

el plumaje, los ojos oscuros,

las patas largas sujetando a la luna

ese cielo poblado de escamas

esa rama salida del pasado

con sus hojas enormes cielos

colgando soles como ojos de quinua

poblando la ciudad que llevas dentro.





IV



Si viajas

no viajes en una ave ni en un pez

corre y te saldrán alas como escamas

como banderas de la vida flameándole al cielo

quedará atrás la noche, atrás la vida.

Si viajas.



Fíjate que estés vivo

que esté lloviendo y sea tarde

que mientras viajes se fragmente la presencia

y vayas dejando gotas de noches,

gotas de días como sueños.

Fíjate que la luna esté prendida

y tus ojos estén mirando desde allí.







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(**) Parte de este texto está inmerso en el libro Aquí no falta nadie, antología de poesía puneña de Walter L. Bedregal Paz. Grupo Editorial "Hijos de la lluvia" & LagOculto Editores. 2008.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Erdi Flores *

Silencio:

Que nadie pinte sobre tus ojos rojos

que nadie le dé forma a la tarde

ni hagan canciones de la lluvia.

Erdi Flores





Escribe: Walter L. Bedregal Paz





Edwin Ticona Flores

(Ilave, 1970)



Docente y Abogado. Los dioses le han otorgado casi todo, con todos no son tan generosos, aunque de algunos se acuerdan más. Pero este poeta se deja atraer por el encanto de lo sensual y de lo efímero. del poema .Se divierte escribiendo como un Dandy, hombre de mundo, de amores lejanos, miradas de una amada naturaleza con ojos pequeños y claros de mujer completamente celestial. Su poesía no desperdicia su genio, ni agota su fuente juvenil, tiene una forma de ser que se conjuga con su propio genio, a la vez que curiosamente le da curioso placer el desperdiciar su inagotable amorío. Cansado de caminar con las nubes bajo el brazo, bajó las nubes a sus pies y descendió junto a ellas a caminar buscando en sus profundidades nuevas sensaciones, llegando a encontrar sólo hombres ,con el significado para él de una sola pasión: el amor a la mujer, que paradójicamente en la esfera del pensamiento y el palpitar del corazón, el deseo al final sería una enfermedad o una locura, o ambas cosas, llegando a convertirlo en poseedor de vidas diferentes y ajenas.



Tiene en su haber el Primer Premio de Poesía (compartido) en los IV Juegos Florales Universitarios, organizado por la UNA – Puno, 1997. Segunda Mención Honrosa en el IV Concurso Regional de Poesía Premio: “César Vallejo” 1999. El mundo literario puneño espera su primer libro con expectativas.



Toma el placer de vivir: “…por ellas”, (las mujeres como musas), donde las encuentra y continuar abanzando su caminar. Sin olvidar que cada acción pequeña de cada día forma o deforma el carácter; y que por tanto lo que se ha hecho en la cámara secreta habrá de decirse algún día públicamente, como un: “…te amo” delante de todos y empezar ese día a ser recién dueño de sí mismo.



Edwin Ticona, es un poeta emocional y como tal, a pesar de estar imbuyéndose en la espiritualidad de los amores tempranos lleva la marca peculiar de los latinos: el sensualismo. Puedo descubrir que él idealiza el realismo en su poesía, no sé de quien haya adornado de fastuosos sentimientos amorosos, infundido en los turbadores perfumes y saturado de enervante música esa pasión cuando uno escribe el nombre de la amada primero, esperando expresar el elavarla a la excelsitud con una filosofía más que añorada: “…a ella, con el más puro amor”, que al terminar y volver a leer, esa gama, da la sensación que el espíritu del ser amado busca expresarse infinitamente, eterna y absolutamente con emoción humana.



Esta expresión, esta forma de empezar su poesía, como dulce melodía, encuentra casi realizado lo descrito, esos indefinibles estados anímicos. Difícil es decir que la poesía de Edwin Ticona, canta por sí misma, o interpretarla como sus musas deben sentirla, a la manera coloquial, o ser poesía amorosa, cosa que está lejos de serlo, por los esplendores externos con que reviste las versiones poéticas de sus poemas, con extremado afecto al cariño; mostrándonos de nuevo su espíritu de Dandy, Edwin, o como lo suele llamarse en sus ratos de lucidez: Erdy Flores; en el jardín de la literatura puneña de Fin de Siglo es: como ave del paraíso, cuyo vistoso plumaje esplende sin rivales, y tornasola los tintes rosáceos del alba, es un poeta cuyo mensaje llegará a multitudes, un temperamento demasiado individual e intenso.



Tiene preparado un libro inédito Silencio bajo palabra. La poesía de Edwin es la vibración que nos procura la serenidad, es un alejamiento del silencio para encontrar la voz y las imágenes que vislumbran el camino del poeta. La melancolía es el espíritu de su voz que se va tornando en soledad y poesía.



DIALECTO



A PUNO

Puno, entonces, i luego

en cuál lluvia seguirás nublado?

Con tu arco iris oscurecido

Estirándose en mi tristeza.

I qué serpentinas

Aún, cuelgan desteñidas

En tus carnavales de kantuta?

Puno, aguacero deshidratado i sacudido

Sobre nuestros rostros.

Cuando no me oyes

Soy el que aúlla

En los huesos de la noche,

En ese granizo abandonado

que brota de tu silencio

o de tu voz con eco viudo.

Crecen espinas

En nuestras gargantas

Acelerando al viento

De mis pulmones reventados

…por lo menos quisiera

A R D E R :

En un árbol astillado

En relámpagos secos

Luego descansarme

En un beso blanco

De tus cordilleras

I pintar de gaviotas nuevas

Tu sonrisa

I de arco iris alegre

Tus párpados hidrosféricos

“aún me gusta el dialecto de tu mirada”.









AUSENCIA



A Nancy



Los ríos atravesaban los huesos más largos

y los caminos quemantes del relámpago

para llegar al olvido.

El agua fosilizada acaba de ser descubierta

por la sed de un poeta romántico

porque en los días de recogimiento dibujaba

mediodías (sobre la arcilla roja de unos besos abiertos).

Yo llegaba en silencio(a donde aguarda la nostalgia)

después de habitar el abismo del viento

y las moradas del crepúsculo; ardiendo en el origen del granizo.

Andaba tras los árboles

fluviales adivinando el perfil

de la lluvia y las sombras del relámpago:

con mis propios dientes estrujé una flor

blanquísima (de entre las palabras más puras).

Pero, su silencio tenía la misma distancia

que el invierno y la velocidad de las lluvias

olvidadas exprimidas de las tardes por cierta

necesidad del llanto.

Los búhos observan atentamente la tristeza.

La noche era una palabra obscura que el cielo

escribía (con su mirada).

La noche llegaba tapándose el rostro,

callando tu nombre a viva voz.









SUDARIO





A Mónica



Un pañuelo

transparente

del color de una hora

distanciosa.

Un pañuelo bordado por voces de bayeta

pintado con palabras

sueltas

arquitectónicamente

e s t e n d i d a

sobre

mis penas

en una gaviota

acaban

en una gaviota

como algunos sueños,

i desde su fondo

se levantan sonrisas

en forma de eucaliptos

i caen peces voladores

en tu mirada

de islas colgantes.

Un pañuelo ondeo

en la metáfora del viento

sobre las piedras tatuadas

con tu nombre curvilíneo

G E O M E T R Í A D E L A M O R









LATIDO DE UN HUESO



A Mónica



Dios es razonable:

Para estas cosas del amor

No existe Dios.



Mi alma huyó a mis huesos

garganteante desde todos mis residuos, desde

una esquina de mi óseo.

En verdad la noche crece en mis sueños

hasta cubrir lo prohibido de tu rostro como

cuando estás ausente, escondida en ti misma.

Los búhos lloran i las alondras huyen

a otra noche más lejana, desde mí vacío,

temblando en las ramas de todos los inviernos

inventando este día.





Llevo un aguacero sobre mis espaldas,

voy arrastrando un río, pateando espinas dolidas

pisando la hierba desnuda que tus pasos hicieron

crecer.

La nostalgia insiste

Yo tenía el tacto del álamo que conocía

la forma del viento i del aullido, i el tacto

de mi voz que conocía tu nombre.

Vacíos i melancolías sujetas a una

misma canción, metafísica, desde tus ojos caídos.

Debo irme a calmar mis sueños, a descansar mi

miedo, ah… No sé en qué agua placentaria.









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(**) Parte de este texto está inmerso en el libro Aquí no falta nadie, antología de poesía puneña de Walter L. Bedregal Paz. Grupo Editorial "Hijos de la lluvia" & LagOculto Editores. 2008.