martes, 29 de diciembre de 2015

RADIOGRAFÍA DE KAÍN ESTEPARIO


RADIOGRAFÍA DE KAÍN ESTEPARIO

darwin bedoya

  

Al leer los textos y las viñetas (apuntes con lápiz) de Travieso & Rabioso (Serie de narrativa breve "Presagio" Nº 15, 192 pp., Grupo Editorial Hijos de la lluvia, Lima, 2015) asistimos a la rara conexión con uno de los géneros más modernos de la literatura: el collage. Kaín, como lector, como escritor, como autor y como médico que es, nos muestra su sensibilidad humana mientras alude, sin ambages, al sufrimiento perpetuo que nos infunden la vida y sus daños colaterales: el dolor y la felicidad. Este es un libro de relatos que requiere una lectura atenta. A cambio, la relación que establece con el lector será intensa, cosa que ningún otro medio verbal consigue con tanta precisión.
Un realismo intenso y un erotismo sin tapujos brillan en estas páginas que se construyen con un lenguaje coloquial, propio de personajes que abundan en la sociedad actual. El autor trata de mostrar escenas compuestas a partir de acontecimientos mínimos de la vida real-cotidiana. Lo logra con una colección de fragmentos íntimos, detalles que se van grabando solapadamente en la memoria. Estas realidades, con sus contradicciones y aciertos, se transforman en relatos a través del lenguaje. No obstante la simpleza de la forma, Kaín escribe desde la emotividad que atraviesa las entrañas, desde la voz que con filo resquebraja cualquier estado de ánimo.

Pocos autores que arrancan con este tipo de ópera prima confrontan elementos como la muerte, la vida, el sexo, la violencia y la búsqueda de felicidad, entre otros asuntos, sin tapujos, sin ningún tipo de tabúes, como lo hace Kaín, lejos del paraíso perdido.

Me he tomado una copa de trago para escribir esto. Bueno, en realidad han sido tres. Me gusta ser honesto cuando hablo de un texto. Por eso digo que este Travieso & Rabioso es un libro que se debe leer bebiendo una copa de aguardiente, con una bella mujer al lado y, de fondo escuchando The Ramones a volumen medio. Kaín ha prometido muchos libros más, le estaremos siguiendo los pasos.

lunes, 28 de diciembre de 2015

ES MEJOR ARDER


ES MEJOR ARDER
Jhener Pomacosi Mansilla
Serie de poesía Malos remedios Nº 05
Grupo Editorial Hijos de la lluvia
Pp. 40
Lima, 2015


Raras veces ocurre: lees un libro de poesía y al cerrarlo te quedas con un verso, un poema, el libro entero flotando como un eco. Esa es la primera impresión que tengo de Es mejor arder de Jhener Pomacosi. En estas páginas el autor consigue una suerte de rememoración de su propia vida. Puede  leerse este poemario  como una suerte de reivindicación de esos mundos cada vez más difusos que hacen de la vida un túnel oscuro y que muchas veces encaminan hacia el destierro. En esta su opera prima, Pomacosi logra una intrépida inmersión en un lirismo a veces despiadado que se enfrenta al realismo más convencional porque éste último no sirve, en última instancia, para encontrar un sentido a la invocación de la poesía y la vida misma. En estas páginas discurre el fuego que enciende el verso como catarsis, como remedio, como mantra para desendemoniar fantasmas, como amuleto y como llave. Pero, sobre todo, este es un ejercicio literario desde donde es posible expresar ese «compromiso», ya sea «para denunciar lo que pasa fuera, o lo que pasa dentro de uno: como reivindicación de una ética personal, política o sentimental». Todos esos elementos combinados con inteligencia en cada poema, se convierten en indicadores de estados emocionales, en escenarios hechos de palabras —de lenguaje—, en los que la vida permanece y, donde decir «permanece» significa que se impone en un estado nuevo, a compartir por el lector: ese es el poema, lugar de salvación y de fuego.

Darwin Bedoya

sábado, 11 de abril de 2015

EFRAÍN MIRANDA Poeta

El poeta Efraín Miranda


La historia no es la historia necesariamente. Pero si hubiese que
comenzarla por alguna página, habría que nombrar a un poeta
peruano autor de una poesía disímil escrita desde el Perú
recóndito. Leer la poesía de Efraín Miranda es generar una postura
crítica frente a las convenciones sentimentales no sólo del escribir,
sino también del leer. El lector de Miranda debe llegar a esta Poesía
reunida despojado de remiendos culturales, habiendo dejado atrás
los lugares comunes de una época e idiosincrasia. Si existiera la
necesidad de extremar el asunto, diríamos que su mejor lector sería
iletrado: aprendería a leer en estos textos el origen de la vida y de
la sabiduría. Es verdad que la poesía mirandiana ha sido poco
difundida, pero se ha mantenido firme sólo en su propio fluir, en su
irreductible transitoriedad; a veces sincrónica con los postulados de
Gilles Deleuze, según los cuales, el poeta es un extranjero en su
propia lengua, para significar la extrañeza de la creación y la
enajenación permanente del creador. Transcurrido el tiempo,
Miranda es el desvelamiento de una de las más disímiles estéticas
orientada desde los impulsos que genera la terredad que, como
movimientos tectónicos, llevan el canto cósmico a un ser actual, por
lo que la reconditez de esta poesía es variable y relativa. Desde
Muerte cercana y hasta Padre Sol, la poética de Miranda está
poblada de nuevas formas para la expresión de los
estremecimientos y de las ideas, tanto precisas como sugerentes y
subjetivas, por proceder de percepciones analíticas y artísticas
legítimas, indias. Así, la obra mirandiana no sólo se muestra
irreverente frente a manidas retóricas, sino también frente a la
noción de la pureza del lenguaje. Siendo un lector insaciable en las
soledades de Jacha Huinchocca, este efecto de extrañeza se
exacerba cuando las palabras pueden pronunciarse en español y
también en indio.      
                                                                           

                                                                                 Darwin Bedoya


El poeta mostrando su poesía inédita. (Solo queda el recuerdo de haber compartido con el poeta 
los versos que se quedaron en su Choza). Atentos, el poeta Luis Pacho, el poeta Darwin Bedoya
 y el narrador Walter L. Bedregal Paz.


Portada del libro (inédito - Grupo Editorial "Hijos de la lluvia"). Fotografía de portada: Camilo Sánchez Serruto.