Por Paul Guillén
1.-
Me contaron que en el homenaje a José Watanabe que se realizó en el
Británico de Miraflores, en Lima-Perú, en el 2008, no sé si tú o Luis
Pacho dijeron que la mejor poesía peruana reciente se estaba escribiendo
en Puno. Tanto tú como Boris Espezua -aunque tú naciste en Moquegua
estás ligado a la literatura puneña- son los últimos ganadores del COPÉ,
hecho que vendría a confirmar esa frase. ¿Qué opinas al respecto?
La poesía puneña es una de las pocas
que goza de una tradición poética que tiene nombres muy importantes no
solo en el contexto peruano, sino también hispanoamericano, creo que
basta con citar a Carlos Oquendo de Amat y Alejandro Peralta y, de
alguna manera, la poesía de Gamaliel Churata, para corroborar esta
afirmación. Pero después, esta tradición ha seguido conservando la
estirpe de poetas puneños que tiene nombres muy importantes como
Vladimir Herrera, Omar Aramayo, Efraín Miranda, Percy Zaga, Alfredo
Herrera (Premio Copé Oro, 1995), Boris Espezúa (Premio Copé Oro, 2009).
Luego estarían poetas de las últimas generaciones, entre ellos puedo
mencionar a Luis Pacho, Simón Rodríguez y Luis Rodríguez Castillo
(Premio Copé Bronce, 2004), hasta podríamos decir que hay una saga de
Premios Copé con este nuevo que me acaban de entregar a mí. Es verdad
también que en Puno existe una fuerte movida literaria. Se publican
revistas caso Consejero del lobo, La rama torcida, El Katari, Hado tártaro, Cavernario, Letras del lago y DeBonsái,
donde la mayor cantidad de espacio se le brinda a la poesía. También se
publican plaquettes de poesía y existen talleres de creación literaria.
Quizá la movida más emergente se hizo en los años 90. Hubo recitales,
coloquios, encuentros de escritores nacionales e internacionales,
concursos de poesía, etc. De ese periodo encuentro varios nombres que
hasta hoy han publicado uno o dos libros, lo curioso es que esos libros
se han publicado recién por estos años, antes sus textos se podían leer
en revistas, periódicos y antologías; hoy son poemarios con ediciones
que nada tienen que envidiar a lo que hacen las «monstruosas»
editoriales de Lima, creo que ese rol lo está cumpliendo aquí en Puno el
Grupo Editorial Hijos de la Lluvia, dirigido por nuestro amigo Walter
L. Bedregal. Entonces estamos hablando de poetas y de poesía que merece
estudios, que merece atención y que fácilmente podría figurar en
cualquier rigurosa antología nacional o hispanoamericana. Tal vez lo que
ocurre es que siempre se ha visto este trabajo desde cierto centralismo
limeño. Y, obviamente, la mirada a periferias no es la que debe ser.
Siempre se ha hablado de cánones que han opacado este fulgor literario
puneño o de cualquier otra provincia que, vista desde una perspectiva
imparcial, fácilmente tendría su sitial en la literatura peruana. Pero
estamos seguros que los mejores críticos son la historia y el tiempo que
se encargarán de mostrar la calidad de la poesía que se viene
escribiendo por aquí. Ahora mismo creo que estamos empezando a levantar
polvareda con jurados que han comenzado a decir que hay poesía por estos
lares. Finalmente diré que esa aseveración de que «la mejor poesía
peruana reciente se estaba escribiendo en Puno», la hizo nuestro amigo
Walter Luis Bedregal Paz, precisamente cuando hablábamos de poesía
puneña en Lima, por el homenaje a Watanabe y presentando la antología de
poesía puneña Aquí no falta nadie, con 21 poetas de este lado del Perú.
2.- Sabemos de tu labor como ensayista y antologador. Una prueba de
eso es que en la página chilena Letras.s5 tienes un archivo con algunos
ensayos y que eres el antologador de Hijos de puta. 15 poetas latinoamericanos. ¿Qué puedes comentarnos sobre estas labores?
Es verdad, he estado muy interesado en realizar una serie de lecturas de
la reciente poesía latinoamericana. Prueba de ello están ahí los
comentarios que hago de los textos leídos sobre poesía. Es una labor que
me encanta hacer, un ejercicio que me permite revisar poéticas, conocer
una serie de aspectos ligados estrictamente a la poesía contemporánea.
La muestra Hijos de puta. 15 poetas latinoamericanos ha sido un
ejercicio muy intenso y además gratificante, me ha permitido reunir casi
100 libros de poesía latinoamericana reciente de donde hemos
seleccionado 15 autores y los poemas que ahora pueden leer en la
muestra. Creo que ese tipo de labores las hace todo aquel que de algún
modo se siente feliz realizando ese tipo de trabajo, sin ningún dinero
de por medio, sólo con la señal y la ruta de la poesía. Hijos de puta. 15 poetas latinoamericanos
ha empezado a circular hace dos meses y, tenemos buenas noticias de los
lectores que están degustando de este libro, entre ellos los más
reconocidos críticos. Seguramente que ya llegará a más lectores. Creo
que esto de escribir ensayos y reunir textos y leerlos es muy
alimentador para la creación y la formación de cualquier escritor. A mí,
particularmente, me regocija y me renueva el hacer estas cosas, aparte
de que me permite ampliar mi red de amistades.
3.- Tu poemario Leve ceniza obtuvo la Primera Mención Honrosa
en el Concurso Nacional de Poesía «Víctor Humareda», Lampa, Perú, 2010,
en tu blog hemos podido leer la sección final de ese libro que se titula
«Rituales», empiezas con un epígrafe de Edmond Jabes y trabajas el
poema en prosa y el contenido de los poemas es metapoético. ¿Qué podrías
decirnos sobre este libro?
Bueno, en primer lugar, diré que Leve ceniza es un libro que se
ganó ese nombre porque era un texto que yo iba a quemar. Nunca pensé en
publicarlo, ya que esos textos, que en realidad son un solo poema
extenso, no me convencían, lo modifiqué, les cambié la voz del sujeto
poético, quité muchos fragmentos, aumenté otros varios, hice muchas
cosas con ese poema para darle cierta organicidad; sin embargo y en
realidad le tenía cierta ojeriza y, realmente no iba a salir, entonces
por esos días convocaron al Concurso Nacional de Poesía «Víctor
Humareda» y decidí que debería pasar, al menos, esa prueba, y creo que
pasó, mereció la Primera Mención Honrosa, luego se publicó y ahí lo
tienen. En segundo lugar, debo decir que es verdad, las tres secciones
que integran y hacen el libro son metapoéticas. Hago reflexiones sobre
la poesía, sobre el asunto de la poesía, especialmente en la primera y
última parte. En parte eso lo aprendí de los grandes maestros, caso
Edmond Jabes y varios poetas contemporáneos que de alguna manera
realizan ese tipo de ejercicio. Es verdad también que Leve ceniza en algún momento formó parte de un libro mayor. Que estuvo en la parte inicial de El libro de las sombras (Premio Copé Oro, 2011).
4.- Has escrito los poemarios Jardines del silencio (1998), Yarume, primera edad del silencio (2004), Oscura ceremonia (2010), Leve ceniza (2010) y Terminal terrestre (2011). Recordamos la lectura de Yarume y algunos otros poemas en la antología Aquí no falta nadie
de Walter Bedregal, podemos decir que tu poesía tenía una doble
preocupación tanto por la utilización de elementos de la naturaleza, un
aspecto mítico y mágico, y una preocupación por el lenguaje, te alejabas
de lo coloquial. ¿Podrías describirnos los vectores por los que ha
transitado tu poesía?
Bueno, mi poesía, como las varias que se escriben en esta época, ha
tenido todo un tránsito que se justifica porque el poeta necesita buscar
un estilo, una voz, un espacio, un lugar desde el cual pueda decir lo
que siente. Antes de Jardines del silencio escribí varios textos
que más iban en otra onda, más formal pienso yo, pero supongo que no
estaban tan graves, porque recuerdo que con esos poemas gané uno de mis
primeros premios aquí en Puno. Pero después, gracias a las lecturas,
empecé a escribir con otras influencias, y entonces mi poesía fue otra,
creo que desde Jardines del silencio comencé a escribir algo más lúdico, un juego de palabras. Después vino el poema extenso con Yarume, primera edad del silencio,
ese libro obtuvo una primera mención honrosa en el Concurso Nacional de
poesía en Huancayo, 1997, es un solo poema extenso, dividido en tres
secciones. Ahí por ejemplo todavía advertía en el verso algo más que
música, era esa magia envolvente del ritmo corto. Creo que desde Oscura ceremonia y Terminal terrestre
ya empiezo a cambiar varias cosas, excepto mi preocupación por el
lenguaje. Los que conocen mi poesía, reconocen mi voz por el lenguaje.
Creo que es parte del estilo que el tiempo te procura. Desde estos
libros emprendo mi discurso en prosa y sigo trabajando un solo poema a
la manera de ciertos textos que leí en la época de mi formación. Es
cierto, me alejo un tanto de cierto coloquialismo y comienzo con cierta
narratividad, el poema debe contar algo, hay una fuerte preocupación por
hacer una poesía que rescate algo, en mi caso recuperar voces de la
oralidad. El libro de las sombras es la máxima prueba de esto, en
él podrán hallar mucho de la oralidad moqueguana-puneña. Hay historias,
mitos, leyendas y hasta podrán encontrar formas de curar una variada
clase de males con cosas que nos provee a naturaleza, hay también
descripciones de espacios muy regionales que aluden a los lugares donde
nací. En fin, diré que mi poesía, esta última que vengo escribiendo,
tiene que ver también con la miticidad y lo mágico. Estoy recuperando
muchas cosas de la oralidad para trasladarlas a la poesía y bueno, esto
es un proceso. Recuerdo que al inicio hasta escribía sonetos, claro, no
con la maestría de los clásicos italianos o españoles, mis sonetos eran
apenas un indicio, una parte que pudo vislumbrar y terminar en la onda
de los sonetos de Lorenzo Helguero, claro que nunca me atreví a
publicarlos, algunos los conservo en algún sitio olvidado y otros, la
mayoría, se han encargado de abonar los jardines de geranios que cultiva
mi madre. Esa línea de alguna manera signa los vectores de mi poesía.
5.- En la nota de prensa del reciente Premio COPÉ de poesía dice: "El
poemario ganador fue elegido por la complejidad en la construcción de
su estructura, así como por la potencia de su prosa poética. El poemario
El libro de las sombras presenta una serie de imágenes
contundentes que se desarrollan a lo largo de un conjunto de 'episodios'
entrelazados de manera integrada. El uso de epígrafes es pertinente y
orienta al lector en el sentido de la obra, creando de esa manera un
interesante contrapunto con los poemas". ¿Cómo ubicarías en el conjunto
de tu obra poética a este nuevo libro?
Asumo que El libro de las sombras tiene lo que ha mencionado el
jurado calificador de esta XV Bienal de Poesía. Marco Martos, luego de
la ceremonia de Premiación, me comentaba no solo de la potencia de la
prosa poética, sino también de los rasgos envolventes del lenguaje y el
tema que tiene que ver con relatos fantásticos rescatados de una rica
tradición de la oralidad moqueguana-puneña. Yo añadiría, que como varias
poéticas contemporáneas, en este libro también hay indicios de una
hibridez, no solo discursiva y temática, sino también estilística. El libro de las sombras es un eslabón, una parte de un libro que recién atraviesa las lecturas y pruebas finas, El libro de las sombras
vendría a ser sólo el inicio o la parte introductoria del libro final
que ahora corrijo. Tiene, como en la mejor poesía de Seamus Heaney, un remember
de la infancia, de la casa familiar, de los abuelos, de las cosas que
nunca se van a olvidar. Ojalá pronto pueda ser publicado, mientras tanto
le he puesto un nombre sencillo: «Estoy leyendo tu nombre tiznado
encima del cielo». Hasta este libro que viene a ser una especie de saga o
de novela poética, creo que ya sé por dónde va mi voz. Hay ciertas
características que van demarcando mi espacio y me siento bien ahí,
claro que seguiré buscando perfeccionar todo esto, y eso, obviamente se
dará con el tiempo, yo pienso que recién estoy comenzando.
6.- Ahora quisiera preguntarte sobre la importancia de ganar el
premio COPÉ que para el contexto peruano es casi como ganar el premio
nacional de poesía que desde hace tiempo no existe. ¿Cuáles son tus
reflexiones después de enterarte de este galardón?
Primero que actualmente en Perú y Latinoamérica en general, se escribe
bastante poesía. Un claro ejemplo es este concurso COPÉ, los
participantes en este evento sumaron casi mil, lo que implica que la
poesía goza de buena salud, contrariamente a lo que algunos han dicho
por ahí, en el sentido de que la poesía no tiene cultores y que ya no se
practica y que ya no se lee y que sólo son poetas los que de algún modo
leen y comentan y reseñan. Hay buena poesía, poniendo en tela de juicio
y hasta negando lo que hasta hace poco afirmaba Eduardo Moga en un
infausto comentario sobre poesía hispanoamericana a propósito de la
muestra Poesía ante la incertidumbre. Creo que las cosas no son
como las que señala Moga. Segundo, efectivamente, a la luz de este tipo
de eventos, único en el país, los involucrados en el tema cultural que
manejan carteras desde el Estado, hace rato deberían de haber instaurado
el Premio Nacional de Poesía o literatura. Creo que esos espacios son
los que faltan, esos motivos son los que incrementan la lectura, la
escritura misma de la poesía y de la narrativa. Bueno, finalmente, este
galardón me ha traído muchas satisfacciones, en primer lugar el hecho de
volver a encontrarme con amigos poetas, el hecho de leer poesía, estuve
en varios recitales, ahora mismo tengo pendientes varias entrevistas y
recitales, por estos días viajo a Moquegua, el pueblo donde nací, allá
estaré leyendo poesía y compartiendo con los amigos que me han invitado.
Galardones como este creo que te ponen en vitrina. Es verdad que la
poesía puede resultar un objeto o un camino hacia la consagración, pero
eso no es lo más importante. Eso queda en lo periférico. Pienso que la
poesía es la más alta expresión de lo vital en el hombre; la libertad,
el amor y lo maravilloso o extraño como sus manifestaciones esenciales;
el sentido totalizador y universal de la reminiscencia y la capacidad
del poeta para esclarecer las zonas más oscuras del ser, por ejemplo la
muerte, tema que discurre parsimoniosamente en El libro de las sombras.
7.- Otra de tus labores que nos gustaría destacar es que también eres narrador, has publicado los cuentarios Aunque parezca mentira (2008), y Es que hacías tanta falta
(2009). ¿En qué tipo de narrativa te ubicarías? ¿Ves a tu faceta de
narrador reñida de la de poeta o ensayista o se complementan?
La mía es una narrativa que goza con lo fantástico. Hay una tendencia
hacia la narrativa fantástica, claro, los libros que escribí son más
bien textos breves, excepto Es que hacías tanta falta que es un relato
relativamente extenso, todo lo demás tiene que ver con los microcuentos,
por estos días sale a luz Bosque de luciérnagas, es un libro de
microcuentos que el año pasado obtuvo el Primer Premio Horacio de cuento
convocado por la Derrama Magisterial, ahí por ejemplo podrán encontrar
microcuentos muy, pero muy breves. Ahora estoy escribiendo varios libros
de microcuentos, varios textos de poesía, veo que todo esto me permite
realizar un ejercicio que se complementa, he estado borrando la frontera
de los géneros y me he sentido más cómodo a la hora de hacer poesía o
narrativa, incluso a la hora de escribir reseñas o artículos o ensayos.
Creo que poco a poco todos estos espacios se han ido necesitando y
complementando. Al final han salido de allí los textos que ya se
conocerán.
8.- Por último, nos gustaría que nos cuentes en qué nuevos proyectos literarios vienes trabajando.
Bueno, sí, estoy culminado varias cosas a la vez, poesía, narrativa y
ensayos. Tengo 7 libros entre narrativa y poesía. He aprendido a
escribir a la vez no solo narrativa y poesía, un ejercicio bastante
complaciente y divertido para mí es la elaboración de reseñas, artículos
y ensayos. Creo que a veces son ejercicios muy importantes para la
escritura creativa porque te permiten leer e investigar, estar en
contacto con la viva poesía. En unos meses más publicaremos Sala de máquinas,
un libro de artículos y ensayos sobre la última poesía latinoamericana,
además de una antología de microcuentos que ya anuncié: El Lavapiés de la hormiga, circulará en Internet. También sale el libro que publicará la Derrama y para la feria del libro de julio sale El libro de las sombras
que publicará Petroperú. Por otro lado, estamos organizando un evento
literario en Juliaca y en otras provincias donde muy gentilmente los
alcaldes nos han ofrecido espacios y presupuestos para organizar
concursos, para publicar libros y para realizar encuentros literarios
que ya se anunciarán por estos días. Estamos reorganizando el Grupo
Editorial Hijos de la lluvia, se vienen nuevas publicaciones y
colecciones de poesía, debo mencionar que me gusta cumplir las veces de
editor junto a los amigos como Walter L. Bedregal Paz. Ah, también hemos
pensado reactivar talleres de escritura creativa -en realidad los
amigos nos piden hacer esos talleres para hablar de poesía, para beber
algo refrescante y para conocer damas guapas y para que descubramos por
ahí un buen verso y nos detengamos un toque-, además de otras sorpresas
que de seguro las llegarán a saber en su debido momento. Creo que
estamos abarcando muchas cosas, pero son asuntos que nos gustan, ya
veremos qué pasa.
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