Leve ceniza
Darwin Bedoya
Grupo Editorial "Hijos de la lluvia"
Colección de poesía:
Letras de la poesía latinoamericana Nº 01
72 pp.
Formato 17 x 24 cm
Juliaca - 2010.
Horas de sirena
Luis Pacho
Grupo Editorial "Hijos de la lluvia"
Colección de poesía: Letras de la poesía latinoamericana Nº 02
60 pp.
Formato 17 x 24 cm
Juliaca - 2010
Luis Pacho
Grupo Editorial "Hijos de la lluvia"
Colección de poesía: Letras de la poesía latinoamericana Nº 02
60 pp.
Formato 17 x 24 cm
Juliaca - 2010
En un esfuerzo descomunal, el Grupo Editorial «Hijos de la lluvia» comienza con su proyecto magno de publicar toda una nueva cartografía con 24 libros de la nueva poesía latinoamericana. La presente apuesta: Letras de la poesía latinoamericana, comprenderá autores de todo el espectro latinoamericano, empezando por nuestro propio espacio, para luego seguir con toda una selección de textos que marcarán un hito en la poesía en lengua castellana.
Los libros de apertura que el Grupo presenta esta vez son, qué duda cabe, la continuidad de una tradición que en Puno, como sabemos, tiene una larga data que muestra el rigor con que la poesía puneña tiene su representatividad en la literatura peruana y latinoamericana.
El objetivo de estas publicaciones, como en muchos otros casos literarios, es mostrar voces nuevas y otras ya consolidadas para perpetuar la voz poética que de pronto en Latinoamérica está cobrando ribetes mayores; hay estruendos, voces demoledoras, voces auténticas, poderosas,
voces innovadoras que se instauran en nuestras sensibilidades de una manera contundente.
Este será el aporte del Grupo no sólo a las letras o a la cultura, sino a la humanidad entera, en vínculo estrecho con sus sensibilidades y su rol dentro de la sociedad, si es que la poesía
puede intentar servir para algo.
Walter L. Bedregal Paz
Juliaca, noviembre de 2010
Juliaca, noviembre de 2010
P R O G R A M A
1.- Palabras de presentación a cargo de un integrante del Grupo Literario “Alberto Mostajo”.
2.- Presentación de la serie Letras de la poesía Latinoamericana.
Coordinada y dirigida por el escritor: Walter L. Bedregal Paz.
3.- Comentario del libro Leve Ceniza: Poeta Percy Zaga.
4.- Comentario del libro Horas de Sirena: Escritor, Crítico literario y Dr. en Historia
José Luis Velásquez Garambel.
5.- Palabras y lectura del autor del libro Leve Ceniza, Darwin Bedoya.
6.- Palabras y lectura del autor del libro Horas de Sirena, Luis Pacho.
7.- Palabras finales a cargo de un representante de la Municipalidad
Provincial de Puno.
Textos de «Leve ceniza» / darwin bedoya
[XXXIV]
Tú sabes que la poesía no le interesa a nadie. Pero aquí se
alimenta mi cuerpo. Aquí poesía, recogimiento que mora en mi
alma, silencio que alumbra mis ojos, ya para siempre, como el
cielo. Poesía, leve ceniza.
[LXII]
Cubro con mis cabellos esta locura construida con crepúsculos.
Sólo así dejo de ver las cosas tristes de este mundo, y guardo mi
esqueleto (limpio de carne y sangre), en silencio, en esta antigua
soledad, donde otros, seguramente hablarán del amor.
[IC]
Las cosas que escribo son la contemplación de la distancia.
Cada palabra pronunciada me dice que crío en mi casa un vacío
más grande que el mismísimo cielo. Escribo de rodillas, y todos
los venenos y palabras dejan de pesar en mis manos. Osario de
vocablos, hueso informe de la nada. En la lejanía puedo ver una
candela. Escribir es caminar en la media noche, sin ninguna
lámpara que te alumbre.
Textos de «Horas de sirena» / luis pacho
1.
Cuando descubras el olvido, posiblemente crecerán espinas en tu cuarto, y una
luna llena como tu corazón, esparcirá su silencio. Serás aquella desconocida que
arrulló mi cuerpo extranjero y apagó una vela cuando todos arrojaban piedras en
tu camino.
7.
Un día no recordaré nada. Ni tus trenzas negras ni los caminos donde crecía la
soledad como una extraña mirada. Incluso olvidaré las bancas de los templos y los
rostros de esos ángeles que dibujaban cruces en el aire. (Por ellos supe de tu piel
recogida por el viento y mi nombre desconocido en las páginas de la Biblia. Supe
que la tierra es un mismo camino por donde transitan, solitarios, los mismos hijos
de Eva)
Eliana
Algún día/
una Virgen extranjera
bendecirá mi corazón lejano/
No habrá sombras
Ni reptiles huyendo. Todo lo contrario:
lívido aún mi cuerpo/
El cielo azul de Copacabana
cubrirá tenuemente mis labios de arcilla
y un lago encantado/
me devolverá el terrón de azúcar
de tus pezones furtivos.
Sobre LEVE CENIZA:
Estos breves poemas en prosa giran en torno a las pulsaciones más intensas del ser humano: el amor y la muerte. Y la vía del poeta, para acceder a esos ámbitos sinuosos, es la del diálogo con la poesía misma. «Todo ángel es terrible», decía Rilke; «Realidad, el ángel que me guía», escribió Martín Adán. En Leve Ceniza el ángel de la poesía es quien conduce a aquella ceniza hacia estas exploraciones del alma (viejas pasiones humanas). Solo la ceniza, como palabra, vestigio y restauración, en esta época sin mitologías, es capaz de conducirnos finalmente hacia ese espacio sagrado, el de la otra orilla, el lugar intemporal: el del arte como espacio supremo de plenitud, en donde se fusionan lo material con lo espiritual. Son cuatro secciones (Poiesis, Cantares, Salmos y Rituales) que componen este leve reino de belleza y sabiduría.
Miguel Ildefonso
(http://hijoslluvia.blogspot.com/)(http://darwinbedoya.blogspot.com/)http: nidodepalabras.blogspot,com/
¿Cómo se escribe poesía en un mundo donde casi todo es simulación, donde los hechos y las palabras se han convertido en un enorme estercolero? ¿Cómo se escribe la poesía necesaria para llegar a develar lo humano? Cuando las palabras ya no dicen lo que deben decir, ¿cómo se escribe poesía? Las formas de la poeticidad, es sabido, son homogéneas, y por lo mismo irreductibles; pero aquí, en la poetización de un lenguaje se instaura un caos generador, así en los significantes como en los significados y la poesía se transfigura, traspasando aquello que se ha venido a llamar discursos herméticos o aquellos que suponen una transparencia. La poesía de leve ceniza nos lleva a un lugar en el que existen pocos códigos para interpretarla o demasiadas formas de entenderla. ¿Entonces qué queda? La poesía arrancada a la poesía misma. La poesía como la única posibilidad de fragmentarse a sí misma para nacer de nuevo, para volver a cantar, a decir todo lo callado. Y en este volver a decir no hay ninguna consideración. Solamente la palabra sobre la palabra, pulsación, plasma verbal, magma imaginario, violación de los límites, oscuras ceremonias, huesos esparcidos y cantares y cenizas. Esta es la poesía nacida del ser para el ser. La voz sedienta de un lugar, poesía sedienta de eternidad.
Walter L. Bedregal Paz
Sobre HORAS DE SIRENA:
Es un reencuentro con la naturaleza de modo desbrozante, donde todo se abre en flor y el hablante construye un lienzo en movimiento con el pincel del amor, articulando el “somos” en nuestros sueños, en cuyo lazo hay la relación de individuo-comunidad, donde de nuevo el diálogo con la memoria y el sujeto poético habla por los hombres, en cuya voz esta la fragmentación de la comunidad, en enunciaciones truncadas, donde la palabras olvidadas revelan la función poética con la garúa, como un telón de fondo donde se derrumba las cosas y el sujeto se siente un hilo de una lliclla, que apenas lo sostiene de su amada. La mutabilidad del sujeto-poético en Pacho es un eje entre el individuo y una comunidad entre el amor y la naturaleza, como círculos que giran y filtran imágenes acezantes y violentas de belleza y paisaje.
Boris Espezúa
En Horas de sirena, el autor recrea poéticamente el mito de la Sirena de Huaquina, de larga data en Juli y que primigeniamente se conocía como Imilla Serenada. Ella, en este caso, no es la mujer que ostente su linaje colonial ni es la encarnación de aquellas mujeres que vuelven a su lar querido ataviadas con ese aire citadino y occidental, luego de una estancia prolongada en las ciudades de la costa u otras urbes más grandes del Perú. Por el contrario, ella es la imagen de la mujer andina. Pura en la otredad. Y no por ello desconoce los resquicios del amor, innato a todos los mortales. En la mitología nativa, ella, ciertamente, es una diosa.
Victor Villegas
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